Me convierto en una Genio!
[Capítulo 2]

Y entonces ¡apareció un enorme banquete!
Llenó de todo tipo de carnes, postres exóticos, bebidas de todos colores y sabores.

Sin lugar a dudas fue el mejor almuerzo que tuve en la vida: “Un dodo asado con jugo de limón" con “Naranjada Romana" y de final un rico “Suflé de 5 chocolates bañado en salsa de fresa".

Al quedar satisfechos, solo nos quedamos mirando uno al otro, con una sonrisa fingida...
No sabíamos que hacer después, hasta que Amina rompió el hielo de la escena.

Amina: Maestro, ¿Quiere tener sexo conmigo?

José: ¡No!, ¿Porqué lo haría?...

Amina: Todos mis antiguos maestros siempre pedían sexo después de comer

José: La verdad entiendo sus motivos; pero no. Ahora sólo quisiera descansar un rato.

Así que nos fuimos a la recién adornada recámara.
Me acosté sobre la cama y Amina fue a lado mío.
Puso su mano en mi pecho y me empezó a acicalar.

Amina: Maestro, siempre me he preguntado... Que se siente ser hombre. ¿Le gustaría ser yo por un momento?

En ese momento me acordé que en muchas historias, los genios hacían trucos para liberarse de sus castigos.

José: ¡No! ¡Tú serías el maestro y yo el genio!, ¡No quiero que me engañes y me dejes siendo un genio para siempre!

El rostro de Amina se puso triste, y con una sonrisa respondió:

Amina: Maestro; yo sería incapaz  de traicionarlo, así que si cambiamos, cuando usted guste volveremos a la normalidad.

Pude notar que la emoción en su rostro crecía y crecía. Luego salió de mi habitación y, unos instantes después, volvió con su lámpara.



Amina: ¡Vamos maestro, será divertido!

Intentó convencerme de que intercambiara cuerpos con ella.
Pero no me gustaría tomar eso, incluso si pudiera experimentar ser un genio magnífico, si me quedaba atrapado es demasiado para pagar.

Mientras que poco a poco me preguntaba: ¿Que se sentirá ser una chica? ¿Que se sentirá ser un genio?

José: Está bien, lo haré. Deseo intercambiar cuerpos contigo

Amina: ¿Estás seguro de eso?

Ella dijo inclinándose hacia adelante, exponiendo su escote, mientras sostenía su lámpara. Mueve lentamente su cuerpo hacia la izquierda y hacia la derecha, y el peso de su pecho le sigue. Era casi hipnotizante.

José: Sólo hazlo antes de que cambie de opinión

Levantó la mano y asintió con la cabeza. Cerré los ojos, esperaba verme cuando los abría, pero nada cambió.

Vi a Amina todavía parada frente a mí. Miré hacia abajo en mi cuerpo y todavía soy yo, todavía soy un hombre.
Pero mis pies no estaban, era humo; no los sentía pero sabía que ahí estaban.

José: ¿No se supone que debemos cambiar?
(Pregunté en confusión)

Amina: Bueno, no funciona como un deseo regular. Este es uno especial, ya que su deseo consiste en intercambiar no solo nuestros cuerpos, sino también nuestro ser. Eso significa cambiar su cuerpo humano por un genio, y viceversa. Si aceptas hacer el intercambio, simplemente levanta la mano y mueve la cabeza como yo lo hice.

Le di el momento de pensar en lo que voy a hacer, y vacilante levanté las manos y asentí.